Bienvenid@ a este espacio

Mi nombre completo es María Jesús Alférez Alférez. Hace algún tiempo me dijeron una frase que para mí fue reveladora: “… no conformarte con lo que hay y salir a buscar lo que necesitas…”. Mi viaje ya había empezado. Me sirvió de mucho, entre otras cosas para elegir y abrazar la parte de mi nombre que más me gusta y con la que me siento YO, María Alférez. Así me presento ante vosotr@s y os cuento un poquito de mi historia.

Soy mujer, hija, hermana, amiga, compañera de vida, madre y médica de vocación.

Cuando entré en la facultad de Medicina de Córdoba (España), mi ciudad natal, cumplí uno de mis sueños. Al comenzar a trabajar en uno de los hospitales de Málaga como residente de Nefrología, cumplí otro. Muchos años, concretamente 20, vinculada a la medicina hospitalaria como nefróloga, con un montón de vivencias en la mochila y mucho, mucho aprendido de todas y cada una de las personas con las que me he cruzado: médic@s, enfermer@s, celadores, auxiliares, personal de laboratorio, limpiadores, personal administrativ@… y por supuesto pacientes a los que he tenido la suerte de tratar, porque si yo era la profesional que les ayudaba con su enfermedad, ellos me enseñaban a mí mucho de aquello que no nos cuentan en la facultad: saber crear y valorar la Medicina del vínculo humano, con todo lo que conlleva.

Tras los primeros 10 años de “enamoramiento” con mi ejercer profesional, comenzaron a surgir preguntas que no podía responder con los conocimientos que tenía hasta entonces y como ser inquieto que soy, comencé la búsqueda. Me interesé por otras visiones de la Medicina, encontrando en el estudio de La Medicina Tradicional China muchas de las respuestas. Aunque la BÚSQUEDA así con mayúsculas, fue la que inicié tras conectar con una sensación extraña dentro de mí. Mi visión de la práctica médica estaba cambiando y el no poder ejercerla tal y como la entendía, me estaba llevando a un lugar de insatisfacción que no quería en mi vida. En ese tiempo, cuando ya pasaba de los 40 años y como un auténtico regalo del universo, me quedé embarazada de mi hija. Seguí cumpliendo sueños. Mi gran maestra venía de camino. Ella junto con mi compañero de vida, me ayudaron a tomar la decisión que tanto me estaba costando: soltar lo conocido, tomar distancia del medio donde me había desarrollado profesionalmente, con todo lo que eso conllevaba y apostar por lo que me pedía mi corazón. Pedí excedencia en el hospital.

Siguieron años de crianza consciente, de más estudio, ampliando mis conocimientos de Acupuntura y de Nutrición y tambien de intenso trabajo de autoconocimiento. Un enfoque un tanto peculiar de la terapia Gestalt llegó a mi vida, traída desde el “otro lado del charco”, de la mano de Alejandro Spangenberg y Solange Dutrenit, personas de una valía inmedible, psicólogos como la copa de un pino y Abuelos Medicina de la tradición de los hijos de la Tierra de Uruguay. Mi despertar ya no tenía vuelta a atrás.

Incorporar todo lo aprendido y todo lo que soy, en el acompañamiento de las personas que llegan a mí, ha supuesto mucho tanto en mi vida personal como en la profesional.

Y sigo caminando y sigo aprendiendo……